jueves, 27 de octubre de 2011

San Martín ha llegado

Una victoria más de los Derechos Humanos y de la sociedad. En la Escuela Superior de Mecánica de la Armada (ESMA) de Buenos Aires, entre 1976 y 1983 se cometieron detenciones ilegales, torturas y asesinatos por parte del Grupo de Tareas 3.3.2., aparte de ser centro neurálgico de selección de centenares de personas que fueron arrojadas vivas desde aviones al río de la Plata. Entre sus víctimas se encontraban varias fundadoras de Madres de Plazo de Mayo, dos monjas francesas que acogían a familiares de desaparecidos o el escritor y periodista Rodolfo Walsh.

Por fin, tras dos años de juicio y 160 testimonios, de los cuales 79 eran supervivientes a las torturas, la noche del 26 de octubre se acusó de 86 casos de delitos de lesa humanidad a un grupo de oficiales, que imperturbables en su ancianidad, reivindicaron sus crímenes, torturas y robos presentándose como los soldados de la patria.

No merece la pena especificar el nombre ni el cargo de estos asesinos que aprovecharon su condición de militares para ejercer su dictadura del poder sobre el pueblo que luchaba por la libertad. Más bien redacto este hecho para demostrar que hay justicia para lo más pobres y desfavorecidos, justicia tardía que no devolverá a los compañeros o familiares perdidos ni los años de lucha por una sociedad más justa y libre. El Proceso de Reorganización Nacional, como se autodenominó la dictadura cívico-militar de Videla, Massera y Agosti, tiñó intensamente de sangre una época muy corta de la historia argentina, pero ahora es el tinte de la vergüenza (si es que les queda alguna) el que impregna a estos terroristas de Estado.

Extrapolar el ejemplo argentino a otros delitos internacionales no derivará en un descenso de abusos de las dictaduras actuales, pero al menos quedará el ejemplo para los luchadores por la libertad de que en Argentina se ha conseguido y de que el pueblo no olvida por mucho que pase el tiempo.

No hay comentarios: